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RESPUESTA A "LO SIENTO PPK"

Publicado: 2011-03-28

Hace unos días un post llamó mi atención (http://lamula.pe/2011/03/26/lo-siento-ppk/15117) y de allí surgió la idea de crear un blog con un título prestado a Manuel Atienza (fìloso alicantino que hace algunos años publicaba -en Alicante, España- una columna periodística denominada "La Guerra de las Falacias"). La pretensión que tenía Atienza, al igual que este blog, era la de desnudar las falacias cometidas en diversas argumentaciones, sin intención (paralogismo) o con el propósito manifiesto de inducir a error al auditorio (sofisma). En época electoral las falacias son pan de cada día, y aquí iremos dando cuenta de ellas.   

El post "Lo siento PPK" es una invocación de alguien que dice que su candidato natural es PPK, pero que no va a votar por él porque, paradójicamente, PPK tiene posibilidades de ganar las elecciones. Suena extraño, pero así está escrito. El autor afirma que no votará por PPK, no por el hecho de que Keiko o Humala pudiesen ganar, sino porque en el escenario que PPK gane las elecciones no se lo imagina haciéndole frente a las huelgas, bloqueos de carreteras y  conflictos sociales. Un candidato más moderado (no tan tirado a la derecha), a su criterio, sería una opción que no generaría tanta resistencia. Por ello, propone que desistamos de votar por PPK, pues corremos el riesgo de que salga elegido Humala, frente al cual -en segunda vuelta- PPK no tendría opción.      

Si el lector lee con algo de detenimiento, advertirá rápidamente que de saque el autor de "Lo siento PPK" incurre en gruesas contradicciones (es eso o tiene transtorno bipolar). Como hemos visto, el autor afirma que PPK es su candidato natural, pero que no votaría por él, paradójicamente, porque tiene posibilidades de ganar las elecciones (dice el autor de "Lo siento PPK": "Si alguien apuesta por la libertad económica y es la encarnación de este modelo, ese es PPK. En definitiva, es nuestro candidato natural. Sin embargo, justamente por estas razones, he caído en cuenta de que no puedo votar por PPK en estas elecciones. No porque pueda ganar Keiko o Humala, que realmente serían opciones nefastas, sino precisamente porque PPK tiene hoy posibilidades de ganar"). ¿si PPK no tuviese posibilidades de ganar las elecciones, el autor sí habría votado por él? (pensándolo bien, yo no descartaría la bipolaridad).   

Bueno, nos guste o no, el autor dice que no votará por PPK porque tiene posibilidades de ganar las elecciones. Sin embargo, más adelante dice lo contrario: que PPK no podría ganarle a Humala en segunda vuelta (total, ¿tiene o no posibilidades de ganar las elecciones?). Esta no es la única contradicción. Al inicio de su argumentación señala que no votaría por PPK, pero no por el hecho de que puedan ganar Keiko o Humala; sin embargo, más adelante, trata de persuadirnos de votar por un candidato “más moderado” (¿Toledo?), pues corremos el riesgo que gane Humala (¿cómo quedamos? ¿no era que la decisión del autor de no votar por PPK no estaba influenciada por el miedo a que gane el cuco?) Un requisito de cualquier argumentación es que sea consistente; es decir, que no presente contradicciones, pues de lo contradictorio es posible deducir lo que se quiera. Esta argumentación es descabellada.   

Pero no solo la estructura de la argumentación es deficiente. Yendo al fondo, el autor  parte de la premisa que en un eventual gobierno de PPK el Perú estaría más polarizado, lo que no ocurriría si el gobierno lo ejerce un candidato más moderado (léase Toledo). El análisis es errado, porque la premisa no está sustentada, no recala en lo trascendente: las propuestas de gobierno. El plan de gobierno de PPK es más inclusivo e implica mayor redistribución que el de Toledo (reducción de la pobreza en 10 años, agua para 10 millones que carecen de acceso a ella, educación + alimentación para los niños desde los 2 años, apoyo técnico, financiero y con semillas para el agro, ciudades satélites con todos los servicios, etc.). Esto que es lo sustancial en una elección (las propuestas) ni siquiera han sido tangencialmente analizadas en "Lo siento PPK". Pese a ello, afirma que habrá mayor polarización.

En relación con este punto, una idea que últimamente se nos ha intentado vender es que Toledo tendría mayor cercanía con la población. Toledo, que dice ser "cholito, chatito, flaquito" supuestamente se identificaría con la población mejor que PPK, a quien el mismo Toledo califica de "norteamericano". Esta idea tiene un trasfondo racial que es bueno señalarlo explícitamente, pues está presente en la base de toda la crítica o cuestionamiento que se le hace a PPK. La idea que se intenta vender es que PPK, un "gringo", generaría más resistencia por parte de los sectores populares; mayor polarización por una suerte de "colonialismo yanqui". Frente a ello, un candidato "peruano", o mejor, un cholo de acero inoxidable sería la opción más conveniente.     

Si hablamos de gobernabilidad sería bueno recordar que Toledo concluyó su gobierno con 7% de aceptación; Perú Posible ahora solo tiene 2 curules en el Congreso; y, en 2 oportunidades casi se bajan al gobierno de Toledo. Todo esto muestra su fragilidad en la gobernabilidaaaad (así con la voz engolada, a lo Toledo).

Ayer Fritz Du Bois (director de Perú 21) denunciaba -en su comentario editorial- que Toledo y su entorno, incluyendo los medios afines, habían promovido la candidatura de Humala para luego presentarse como nuestro salvador. La estrategia de Toledo es obvia: primero promueve al cuco y luego se presenta como el cazafantasmas, publicitándose como la opción por un "voto responsable" e invocando que no demos un salto al vacío. No seamos presas de esa estrategia.

En resumen, el post "Lo siento PPK" hace agua en su estructura argumentativa y en las premisas en las que se afinca la argumentación; en este último caso, probablemente, construidas en el escenario del miedo al cuco promovido por Toledo. En este contexto, un voto por el "mal menor" no es un voto responsable. El voto responsable es aquel que se asume por razones debidamente sustentadas, no por corazonadas, impresiones, sustos, especulaciones, ni argumentos incoherentes.

Recomendación: Muchas veces una argumentación es persuasiva, como ocurre con "Lo siento PPK"; sin embargo, cuando la miramos con cierto detalle nos damos cuenta que la construcción argumentativa, no es tan sólida, que el castillo está construido en arena. Por ello, siempre habrá que fijarnos en la estructura del castillo (justificación interna) y en los materiales con los que ha sido sido construido; esto es, las premisas (justificación externa). No creamos todo lo que nos cuentan, nos dicen o nos venden; a veces, sobre todo en política, hay falacias que se esconden tras palabras que suenan bien. Pero, no todo lo que parece bueno o lo más conveniente, es la verdad.


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LA GUERRA DE LAS FALACIAS

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