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LAS LECCIONES DE LAS ELECCIONES

Publicado: 2011-04-09

1. En el Perú un "Plan de Gobierno" es cualquier cosa, menos un documento que una agrupación política se compromete a cumplir. Por eso en nuestro país un candidato a la Presidencia puede firmar un documento denominado "Compromiso con el Perú", en el que jura que no hará todo lo que dice su "Plan de Gobierno", y encima no solo no baja en las encuestas, sino que sube más. Para la próxima elección cualquiera puede presentar una guía telefónica, el libro de cocina de Gastón o la colección de las malcriadas del Trome. Qué importa lo que diga, si solo es para cumplir con la formalidad. Fujimori (el padre) nos dijo que no aplicaría ningún shock y muchos peruanos ilusos le creyeron, para que luego Hurtado Miller nos diga (cual capitan del Titanic) "que Dios nos ayude".  Así son las cosas por acá, no hay por qué sorprendernos.

2. En el Perú un Presidente puede haber renunciado por fax, estar preso por corrupción y por violación a los derechos humanos, pero su hija (la congresista faltona que se parece a Puka) puede tener altísimas probabilidades de pasar a la 2da vuelta. Acá no importa que en el gobierno de su padre se haya dado un autogolpe, comprado la prensa, intervenido el Poder Judicial, el Consejo Nacional de la Magistratura, se hayan dado las más atroces violaciones a los derechos humanos, y que los más conspícuos funcionarios de aquél gobierno, los mismos que ahora quieren repetir el plato, se hayan levantado millones. Nada de eso volverá a pasar dice ella, y los peruanos (más del 20%) le creen o, sencillamente, no les importa. Para muchos, la idea es que con ella regresa el clientelismo del gobierno de su padre, y al final lo que importa es el bitute. 

3. En el Perú hay una ley que prohíbe que se publiquen encuestas una semana antes de las elecciones, al mismo tiempo que la ONPE lanza la campaña del "voto informado" (sí, así somos de contradictorios). Y las encuestas, si bien no se publican por los medios nacionales (por la ley rídicula que prohibe informar), se publican por las agencias internacionales. Todos conocemos las encuestas por las redes sociales. Y los medios nacionales, si bien no publican las encuestas, encuentran las formas más ingeniosas de burlar la ley sin violarla. Allí está, por ejemplo, el "menú electoral" de RPP: 1ro. Arepa venezolana, 2do. cuy, 3ro. wantan, 4to. charqui, 5to. papa amarilla.

4. En el Perú también hay una ley que prohibe vender bebidas alcohólicas dos días antes de las elecciones, pero que no proscribe tomar bebidas alcohólicas. La idea , dicen los defensores de la ley, es que no hayan disturbios en las elecciones y que quienes vayan a votar se encuentren totalmente lúcidos. Pues si esta es la idea, por qué entonces, en lugar de esa ley, no se aplican sanciones a quienes vayan a votar con los efectos del alcohol y causen disturbios. Otros, más moralistas, dicen que está bien que se prohiba la venta de trago porque nadie debería tomar, pero no se percantan que nuestra Constitución permite el trago (hay un artículo expreso). Bueno la ley está escrita y hay razones para todos los gustos, pero lo cierto es que en el Perú la demanda de bebidas alcohólicas fue mayor días antes de la "ley seca", de la cual los peruanos nos acordaremos diciendo "salud".

5. Las elecciones en el Perú tiene frases como "cualquier cosa puede pasar", "las encuestas son fotograrías del momento" "puede aparecer un outsider", y todas son ciertas, por eso quienes en su momento estuvieron primeros, ahora están últimos, y los últimos se pelean los primeros puestos. Acá no se puede garantizar nada, solo que no hay ninguna garantía.

6. En el Perú, la mayoría es un rompecabezas desarmado. Por eso la mayoría son bloques de minorías que no pueden competir con las verdaderas minorías. Acá cada uno busca lo suyo, y los peruanos somos un número que define estrategias, marketing, discursos y ofrecimientos de todo tipo, pero no políticas.  Acá, no falta quien hace un llamado para defender la democracia (en cristiano, para que no pasen Ollanta y Keiko), pero dice que solo para conversar, sin que eso suponga que los otros dos renuncien a sus candidaturas. ¿Cómo, entonces, se supone que una alternativa democrática pase a segunda vuelta? Esto no tiene explicación lógica, salvo, claro, si la cuestión pasa porque él (que va 4to y en bajada) convoque para que el 3ro y el 5to renuncien. La defensa de la democracia es, pues, el nombre que se le pone a la defensa de una candidatura.   

7. En el Perú tenemos encuestas para todos los gustos. Es más, durante toda esta campaña electoral hemos tenido casos de una misma encuestadora con dos encuestas distintas del mismo día. Allí están, por ejemplo, los casos de CPI y la PUCP. Si queremos una encuesta con Toledo en la 2da vuelta, la tenemos; si queremos otra con la china en 2da vuelta, también la tenemos. Si queremos al PPKuy en segunda vuelta, también hay. Nuestro país es como la "Teleferia": "Tú quieres tu encuesta, nosotros la tenemos, y si no te la confeccionamos al toque". "¿Que no te queda tu encuesta?": "cede jóven, cede", "sino le sacamos del margen de error y se los ponemos a su favor" (no me creen, vean las dos últimas encuestas de Apoyo publicadas por Reuters, y pregúntense cómo pueden variar de un día a otro).      

8.  El Perú es el bacán de Sudamérica. Nuestra economía crece a un ritmo impresionante. ¡Al Perú no lo para nadieeee! Pero a la par un candidato nos pregunta: ¿Tú te la juegas? (que campaña para más descriteriada). Los peruanos somos jugadores.  Una gran mayoría se la juega día a día. Si tienen trabajo, no saben hasta cuándo lo tendrán. Si no lo tienen, no tienen ni la más remota idea de cuándo lo conseguirán. Y si les cae algo, se lo agradecen a diosito. Ellos no tienen nada que perder; son quienes han sido tratados como los perros del hortelano. Por eso se la juegan. A ellos no les puedes pedir que piensen por el Perú, cuando el Perú (su gobierno) no piensa en ellos. ¿Estamos mejor? ¿Quiénes y en qué?

En el Perú, nuestro país de los "mil oficios", donde "al fondo hay sitio"; siempre hay espacio para las propuestas radicales, porque nuestra realidad es radical; cuando deje de serlo, cuando solo haya leyes que sirvan, estas leyes se cumplan y se hagan cumplir, otra será nuestra realidad y otro será nuestro menú electoral. Mientras tanto, siempre habrá motivo para reactualizar la pregunta: ¿cuándo se jodió el Perú?

     

 

 

 


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LA GUERRA DE LAS FALACIAS

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